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Etiqueta: Bolivia

Bolivia, el Macho Camacho: Golpista, Fanático Religioso, Violento, Corrupto y Próximo a ser Juzgado

Lic. José A. Amesty R.

Luego de la innegable y contundente victoria del MAS en Bolivia, y sus candidatos Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, con el 55% de los sufragios a su favor, la oposición radical liderada por Luis Fernando Camacho, cual “pataleo de ahogados”, recurre a su vieja y anterior practica de golpista, no reconociendo la constitucionalidad de las elecciones en Bolivia, y desconociendo la transparencia del proceso electoral.

Además de llamar al viejo y recurrente paro cívico en Santa Cruz de la Sierra, ha declarado: “Lo que hicimos el año pasado, lo vamos a volver a hacer ahora”.

Mediante un decreto de la autoproclamada Jeanine Añez, que ordena una auditoria de los comicios, el “macho” Camacho, pretende evitar la posesión de la dupla Arce-Choquehuanca ganadores de las elecciones.

Ha arengado a sus seguidores en el paro cívico, con su tradicional referencia a “luchando con fe en Dios” y su repetitivo slogan de “queremos vivir en un país libre, en un país en el que se respete la pluralidad y la democracia”.

Más adelante agregaría: “Bolivia será la esperanza de toda América Latina, terminó el comunismo, tendremos libertad y democracia”, dijo el hombre que afirma querer luchar contra la izquierda en todo el continente. “Los bolivianos reanudaremos la lucha para restaurar la dignidad de Venezuela, así como a todos los países que han sido humillados”.

Perfil del excandidato Presidencial y exlíder Cívico

Luis Fernando Camacho Vaca, ha sido mencionado por Evo Morales, en varios de sus pronunciamientos como culpable, junto con Carlos Mesa, de lo que Morales denomina el golpe de Estado, que resultó en su renuncia, el año pasado 2019.

El líder cívico, en ese momento, ya había pedido no solo la renuncia del presidente, sino también de los parlamentarios y máximas autoridades judiciales, para dar paso a un gobierno transitorio, conformado por “notables” que llamen a nuevas elecciones. “No tumbamos gobiernos, liberamos un pueblo en fe”.

Censurado de racista y ultraderechista, que utiliza formas que hacen recordar a Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil. Considerado carismático, histriónico, conservador y verborrágico.

Es abogado, con maestría en Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Barcelona-España, con 41 años de edad. En febrero del año pasado 2019, fue elegido presidente del Comité Pro-Santa Cruz, una organización cívica conformada por agrupaciones de empresarios de derecha y asociaciones “a favor de derechos sociales de esta ciudad”, la más rica y poblada de Bolivia, y bastión opositor al gobierno de Evo Morales, en ese momento.

La región produce el 70 % de los alimentos del país y tiene un enorme potencial energético e hidrocarburífero que, tras la nacionalización de Morales en 2016, está hoy en manos del Estado. Según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia, el PBI del Departamento de Santa Cruz representaba en 2016 al 28,9 % de la Economía total del país. «Santa Cruz representa un tercio del PBI».

Camacho, formó su liderazgo en el Comité Cívico Juvenil de Santa Cruz UJC, una organización de Derecha Radical, y en las “fraternidades”, y comparsas carnavaleras elitistas.

A su vez, la organización juvenil es una “especie de grupo paramilitar”, quien según la Federación Internacional por los Derechos Humanos, que la ha denunciado, junto al Comité Cívico de Santa Cruz, por sus “discursos secesionistas, gremialistas y racistas”, que terminaron en ataques contra indígenas.

Los “cambas”, como se definen, La UJC, de la que Camacho fue vicepresidente, fue una organización clave en la escalada de la violencia en Santa Cruz y luego en el resto del país.

Según el portal Primera Línea, forma parte de la logia Los Caballeros del Oriente, una de las dos grandes logias influyentes en Santa Cruz. Además, el opositor es reconocido por justificar siempre, sus acciones, basado en Dios y la Biblia.

Según la visión de Camacho, la llegada de Morales a la presidencia, este sacó a Dios del gobierno, y con su gesto logró un objetivo que venía anunciando desde que comenzó su campaña para exigir la dimisión del mandatario hace algunas semanas: “devolver la Biblia al Palacio de Gobierno”.

No obstante, recordemos que, pese a sus constantes invocaciones a la religión, éstas contrastan con una retórica muchas veces violenta. Hablando de sus rivales políticos, Camacho dijo que lo que había que hacer, “salvando las diferencias, era sacar la agenda como lo hacía (el narcotraficante colombiano) Pablo Escobar, pero solo para anotar los nombres de los traicioneros de este pueblo, porque queremos que el día de mañana vayan presos, pero no por rencor y odio, sino por justicia”.

Frente a ataques de partidarios suyos a seguidores de Morales, Camacho se negó a repudiar la violencia. Jamás ha pedido moderación, y no apoyó los pedidos de la OEA, para que haya una salida democrática a la crisis desatada en Bolivia. Organizaciones sociales y feministas lo han tildado de misógino.

De familia oriunda de Cochabamba, región central caracterizada por gente combativa, el líder, es además socio de una empresa familiar inmobiliaria y otra avícola. Las medidas de Camacho son acatadas masivamente en Santa Cruz, pero solo parcialmente en otras regiones como Cochabamba (centro), Tarija (sur) o Potosí.

Debajo de su fachada religiosa, como hemos señalado, se esconde un millonario ultracatólico, que afirma luchar “no con armas sino con Fe”.

Una parte no muy conocida de su vida revela que, según un informe elaborado por una Comisión Legislativa que investigó el asunto de, los Panamá Papers, a través de la creación de tres sociedades (Medis Overseas Corp., Navi International Holding y Positive Real Estates), Camacho habría operado como intermediario para “coadyuvar a personas y empresas a esconder sus fortunas en entidades offshore, lavar dinero y establecer esquemas de evasión de impuestos”.

La última perla del “macho” Camacho, es que en el contexto del triunfo y la asunción de Luis Arce, se están dando alertas sobre planes golpistas de derecha boliviana, contra la victoria del MAS, y según informaciones comprobadas detrás está Luis Fernando Camacho. Prueba de ello, es el reciente atentado con dinamita contra Arce en la Paz.

Finalmente, las posturas antidemocráticas de estos grupos, incluido Camacho, son el temor a la justicia, porque todo “macho” es cobarde.

Imagen ilustrativa tomada de: https://www.france24.com/

México denuncia en OEA que Almagro tiene afán de intervenir en asuntos de los estados

En una exposición de nueve minutos, Maximiliano Reyes representante de México en la OEA denuncia que Luis Almagro, secretario general de la organización, tiene afán de intervenir en asuntos internos de los estados miembros. Cita el caso de Bolivia y señala que el funcionario excede constantemente sus atribuciones administrativas.

 

Información compartida con SURCOS por Mario Devandas.

Declaración del Comité Directivo de CLACSO – Bolivia retoma la senda democrática

21 de octubre, 2020

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) felicita al pueblo boliviano por su contundente apoyo al retorno a la senda de la democracia y del pleno respeto a la Constitución con su voto del domingo 18 de octubre de 2020.

El 11 de noviembre 2019 CLACSO se sumó a los muchos que denunciamos sin equívoco el golpe de Estado e hizo “un llamado a preservar la vida de las bolivianas y los bolivianos, a que cesen los ataques y las persecuciones y a que se encuentre una solución pacífica y dialogada que, aunque sea trabajosa, se base en la voluntad de la mayoría del pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia y de sus legítimas instituciones”.

A Bolivia le espera un difícil camino de reconstrucción. Para ello cuenta con el amplio apoyo popular expresado en las urnas y con la solidaridad de quienes luchamos por la democracia y la justicia en América Latina, el Caribe y el mundo. Así se podrán superar los 11 meses de abusos y de políticas económicas a espaldas de los intereses de las bolivianas y de los bolivianos que hoy lograron que sus voces y voluntades se respeten.

Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas: elección de Bolivia, Cuba y México

Nicolas Boeglin (*)

El pasado 13 de octubre, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, se procedió a elecciones para renovar varias vacantes en el seno del Consejo de Derechos Humanos. Para el período 2021-2023, fueron un total de 15 Estados los que resultaron electos como nuevos integrantes de la máxima instancia de Naciones Unidas en materia de derechos humanos.

El Consejo de Derechos Humanos en breve

Como bien se sabe, el Consejo de Derechos Humanos es un órgano que fue creado en el 2006, adscrito a la Asamblea General de Naciones Unidas (véase sitio oficial). Está compuesto por 47 Estados miembros, con ocho puestos otorgados a la región de América Latina y del Caribe.

Anterior a él, existía la Comisión de Derechos Humanos constituida por 53 Estados Miembros, la cual permaneció desde su creación por el Consejo Económico y Social en 1947 hasta su disolución formal (en marzo del 2006) como el principal órgano de discusión y debate en materia de derechos humanos en el seno de las Naciones Unidas.

En ambos casos (tanto la Comisión como el Consejo), se está en presencia de un órgano de carácter intergubernamental – y por ende político – en el que participan de manera exclusiva los Estados, con un extenso programa de trabajo en los más diversos tópicos sobre los cuales es llevado a pronunciarse (véase, a modo de ejemplo, el último informe del Consejo de Derechos Humanos a la Asamblea General de Naciones Unidas, correspondiente al período diciembre 2019-julio 2020).

Tablero de la votación acaecida el 23 de julio del 2014 a la hora de crear el Consejo de Derechos Humanos una comisión de investigación sobre las exacciones israelíes cometidas en Gaza en julio del 2014 y cuyo informe final se presentó en junio del 2015

El Consejo de Derechos Humanos se renueva de manera parcial cada año, con ocasión de una votación directa y secreta realizada en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que participan los 193 Estados Miembros de la organización. Como dato de interés, en mayo del 2018, Estados Unidos optó por no seguir siendo integrante de esta instancia de Naciones Unidas (Nota 1).

El resultado de las elecciones del 2020 en el seno del Consejo de Derechos Humanos

Por parte de América Latina y del Caribe, con tres vacantes liberadas al llegar al término de su mandato Chile, Perú y México, fueron electos el 13 de octubre del 2020 los tres Estados que postularon su candidatura, a saber: Bolivia (con 172 votos a favor), Cuba (170 votos), al tiempo que México fue reelecto con 175 votos (véase nota oficial y video oficial de Naciones Unidas con recuento de los votos registrados).

Es de notar que la nota verbal de Bolivia postulando su candidatura fue enviada a Naciones Unidas el 1ero de junio del 2020 (véase texto completo), a diferencia de Cuba, que lo había hecho desde el mes de enero del 2020 (véase texto completo).

Por parte de Europa del Oeste fueron electos Francia (con 167 votos a favor) y Reino Unido (165), así como, por parte de Europa Oriental, Ucrania (166) y Rusia (158); al tiempo que fueron electos por, África, Costa de Marfil (con 182 votos), Gabón (176), Malawi (180) y Senegal (este último reunió una cifra raramente alcanzada de 188 votos a su favor), mientras que Marruecos obtuvo una marca raramente obtenida: un único voto a su favor.

El otro grupo regional en el que se presentaron más postulaciones que escaños disponibles fue el grupo de Asia y del Pacífico, donde fueron electos China (139 votos a favor), Nepal (150), Pakistán (169) y Uzbekistán (169), quedando fuera Arabia Saudita (con tan solo 90 votos a favor reunidos).

El distanciamiento de Costa Rica con el Consejo de Derechos Humanos

Habíamos tenido la oportunidad de analizar la súbita candidatura presentada por Costa Rica a inicios del mes de octubre del 2019 (anunciada mediante … un tweet presidencial enviado de madrugada) para evitar que Venezuela fuera electa (Nota 2). Pese a la maniobra costarricense, quedaron finalmente electos en octubre del 2019 Brasil con 153 votos y Venezuela con 105 votos a favor, mientras que la repentina candidatura de Costa Rica reunió 96 apoyos, (véase nota de prensa oficial de Naciones Unidas del 17/10/2019). Cabe precisar que la nota diplomática de postulación de Costa Rica detallando sus compromisos en materia de derechos humanos (véase texto integral) fue circulada el 10 de octubre del 2019, tratándose posiblemente de la postulación más tardía presentada para una elección de esta naturaleza (a menos de siete días de la votación).

Otra ocasión en la que Costa Rica tampoco logró ser electa fue en el mes de octubre del 2014, siendo electos Bolivia (con 144 votos), El Salvador (151) así como Paraguay (139), mientras que Costa Rica no logró obtener más que 120 votos (remitimos a nuestros estimables lectores a la breve nota que publicamos en el sitio jurídico argentino de DIPúblico sobre esta elección del 2014, y disponible aquí): esta vez, la nota diplomática de Costa Rica fue circulada desde el mes de marzo del 2014 (véase texto integral).

Cabe recordar que la última vez que Costa Rica fue electa en el seno del Consejo de Derechos Humanos fue en el 2011, conjuntamente con Chile y Perú: en aquella votación, realizada en el mes de mayo del 2011, Chile recibió 159 votos a favor, Costa Rica 138 y Perú 136 votos, quedando fuera de la contienda Nicaragua con apenas 90 votos reunidos.

Es de notar que en mayo del 2006, al celebrarse las elecciones para constituir el Consejo de Derechos Humanos por primera vez (sustituyendo a la antigua Comisión de Derechos Humanos), los siguientes Estados de América Latina fueron escogidos: Argentina (158 votos a favor), Brasil (165), Cuba (135), Ecuador (128), Guatemala (142), México (154), Perú (145) y Uruguay (141); no fueron electos ni Colombia (1 solo voto, posiblemente el suyo), ni Costa Rica (6 votos a favor), ni Honduras (3 votos a favor), como tampoco Nicaragua (119 votos) ni Venezuela (101 votos). Remitimos a nuestros lectores, para mayores detalles sobre este episodio pocamente divulgado en América Latina, a esta nota de prensa oficial de Naciones Unidas.

A modo de conclusión

A partir del 1ero de enero del 2021, la región de América Latina y del Caribe se presentará en el Consejo de Derechos Humanos con los siguientes ocho integrantes: Argentina, Brasil, Cuba, Bahamas, Bolivia, México, Uruguay y Venezuela.

A la ya tradicional ausencia de Colombia, pareciera sumarse ahora la de los Estados centroamericanos, constituyéndose en una llamativa tendencia, mientras la cifra alcanzada por México (175 votos) viene a reafirmar la notable labor desplegada por su aparato diplomático en este 2020 (Nota 3): la elevada marca registrada por Bahamas al ser electa en el 2018 así como por Perú en el 2017 (180 votos) persiste como la más alta alcanzada por un Estado de la región.

Con relación a Costa Rica, después del verdadero traspié que significó su no elección en el 2014, pareciera que ha optado por varios años por no postular su candidatura para integrar la máxima instancia en materia de derechos humanos de Naciones Unidas: una actitud que puede sorprender a todo observador, dada la trayectoria y el amplio reconocimiento del que ha beneficiado Costa Rica a nivel internacional en el ámbito de los derechos humanos. El tardío interés que manifestó unas pocas semanas antes de la realización del voto en octubre del 2019 parece haber obedecido a una iniciativa (bastante peculiar) sugerida a sus actuales autoridades.

Para el 2021, serán nuevamente tres las vacantes de la región en el seno del Consejo de Derechos Humanos, al concluir su mandato Argentina, Bahamas y Uruguay; serán dos en el 2022 al concluirse los de Brasil y de Venezuela.

Esta nota fue elaborada por Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR)

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Nota 1: Sobre esta insólita decisión, directamente relacionada a la incondicional alianza existente entre Estados Unidos e Israel, remitimos a nuestros lectores a la siguiente nota nuestra: BOEGLIN N., «El retiro de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos: breves apuntes«, publicada en Monitor de Oriente (MEMO), edición del 26/06/2018, disponible aquí.

Nota 2: Véase BOEGLIN N.El anuncio de la reciente candidatura de Costa Rica al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas: breves apuntes«, publicada en el sitio de Derechoaldía, edición del 8/10/2019, disponible aquí.

Nota 3: A estos 175 votos obtenidos para integrar el Consejo de Derechos Humanos, hay que señalar que en junio del 2020, México logró el respaldo de 187 Estados para ser electo Miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de 180 para integrar el Consejo Económico y Social – ECOSOC (véase resultados de elecciones disponibles en este enlace oficial de Naciones Unidas).

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Compilación de datos de interés: resultados de las últimas ocho elecciones de los Estados de América Latina y del Caribe en el Consejo de Derechos Humanos (el número refiere al número de votos obtenidos):

2020: Bolivia (172), Cuba (170) y México (175)
2019: Brasil (153) y Venezuela (105) – Costa Rica (96, no electo)
2018: Argentina (172), Bahamas (180) y Uruguay (177)
2017: Chile (175), México (179) y Perú (180)
2016: Brasil (137) y Cuba (160) – Guatemala (82, no electo)
2015: Ecuador (152), Panama (157) y Venezuela (131) – Bahamas (113, no electo)
2014: Bolivia (144), El Salvador (151) y Paraguay (139) – Costa Rica (120, no electo)
2013: Cuba (148) y México (135)

 

(*) Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR).

Enviado por el autor.

Denuncia contra Luis Almagro y la misión de la OEA por provocar violaciones a los Derechos Humanos en Bolivia en elecciones de 2019

La Asociación de Madres de Plaza de Mayo, la Liga Argentina por los Derechos Humanos y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, presentaron una denuncia ante Michelle Bachelet, en su calidad de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

La denuncia fue formulada en contra del Secretario General de la OEA, Luis Almagro Lemes, la Misión de Observadores Electorales de la OEA, encabezada por Manuel González, y los auditores y responsables de la suscripción de los Informes preliminares e Informe final de dicho organismo sobre las elecciones generales de 2019 en Bolivia por haber cometido acciones de intervencionismo contra la soberanía de Bolivia que aluden a un supuesto fraude electoral el cual no han podido probar.

La denuncia sintetiza ocho informes técnicos internacionales de varios centros estadísticos de universidades y periódicos de prestigio mundial entre los cuales resaltan los elaborados para el New York Times, el Washington Post, el MIT (Universidad de Massachussets) y el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) a lo que se suma la petición de congresistas estadounidenses para que se investiguen las acciones de la Secretaría General de la OEA. Los estudios desmienten contundentemente las acusaciones de fraude de la OEA en las elecciones del 2019 que llevaron al derrocamiento de un Gobierno Constitucional, la desestabilización de la democracia que concluyó en un Golpe de Estado, la muerte de 37 personas, más de 860 heridos, más de un millar de detenidos ilegalmente, la persecución policial y judicial con fines políticos y el exilio de cientos de dirigentes políticos y sociales.

Los denunciantes señalan: “La Secretaría General de la OEA, encabezada por Luis Almagro, ha vulnerado abiertamente la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la OEA, la Carta Democrática Interamericana y resoluciones generales de la OEA, transgrediendo el Derecho Internacional y la Soberanía nacional del Estado Plurinacional de Bolivia.

Los actos de intervencionismo cometidos por la Secretaría General de la OEA, encabezada por Luis Almagro, han tenido consecuencias nefastas en Bolivia provocando un quebrantamiento del Estado; la desestabilización de la democracia, el flagelo a la población, uso irracional del poder y el desmantelamiento de la Constitución Política del Estado, llevando a un Golpe de Estado y a la instauración de un gobierno transitorio que comete sistemáticamente delitos contra la población.”

A tiempo de presentar la denuncia, los firmantes del documento solicitan al Alto Comisionado de Naciones Unidas que acoja estas graves denuncias contra la Secretaría General de la OEA por los delitos contra los derechos civiles, políticos y sociales al acusar de un presunto fraude, sin pruebas y con un sesgo marcadamente político. Exigen que la OEA, como un organismo intergubernamental, respete a las organizaciones políticas populares, a las instituciones nacionales, a la democracia y a la soberanía de los pueblos de uno de sus Estados Miembros, y de su gobierno constitucional.

Asimismo, piden al Alto Comisionado de Naciones Unidas que se forme un grupo de expertos para lleve a cabo una investigación independiente y transparente sobre los informes de la Secretaría General de la OEA y los graves hechos que han causado muerte, persecución, cárcel y exilio en el Estado Plurinacional de Bolivia.

Buenos Aires, 15 de octubre de 2020

 

Imagen tomada de: https://www.voanoticias.com/

Carlos Mesa: avaro, corrupto, inepto y autócrata

El Último Presidente Neoliberal en la Historia de Bolivia

Lic. José A. Amesty R.

El próximo 18 de octubre 2020, son las elecciones presidenciales en Bolivia. El candidato opositor Carlos Mesa, al candidato del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos MAS- IPSP, fue presidente de Bolivia entre octubre de 2003 y mayo de 2005, por la Alianza de Derecha Comunidad Ciudadana, y apenas pudo mantenerse en el poder por un año y siete meses. Pasados 14 años desde que renunció, ahora, quiere una segunda oportunidad.

Al expresidente, en este momento, y quizás nunca, no le han movido razones democráticas, ya que de lo contrario no habría declarado y ratificado públicamente el pasado 18 de noviembre 2019, una frase que revela su interpretación autoritaria, violenta y señorial de la democracia: “reconocemos y apoyamos al gobierno de la presidenta Jeanine Añez”.

Considerando además que, para fungir de vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Losada en las elecciones nacionales de 2002, Carlos Mesa exigió un pago de alrededor de un millón de dólares, cabe preguntarse cuántos son, en 2020, los millones en juego en su afán de llegar a la silla presidencial. Realmente son 20 millones de dólares.

Para estas elecciones 2020, su reputación se mueve en medio de denuncias y reproches añejos, no solo del oficialismo, sino también de los sectores más radicales de la oposición boliviana, por presuntas ganancias ilícitas y corrupción.

Según algunos allegados a su perfil, desde joven simpatizó con las medidas neoliberales de ese entonces, como la privatización de las empresas bolivianas; se entusiasmó con el discurso reformista y modernizador, y por eso terminó sumándose al proyecto político del exitoso empresario minero y jefe del partido de mayor poder en Bolivia en ese entonces, Gonzalo Sánchez de Lozada; finalmente se enamoró de las medidas de ajuste estructural y estabilización económica con alto costo social. Se asegura que de verdad creyó en las políticas ejecutadas en la década del 90, y que terminaron en la crisis social y económica de principios de siglo en Bolivia.

En realidad, durante su breve ejercicio en el poder, fue incapaz de lograr apoyos significativos en el Congreso, dividido entre los partidos que fueron parte de la coalición de Sánchez de Lozada y la bancada dirigida por Evo Morales.

Organizó un referendo para definir las políticas nacionales sobre hidrocarburos, pero aquello estuvo lejos de zanjar la principal demanda de ese entonces en Bolivia: nacionalizar las reservas de gas.

Tampoco pudo apaciguar el país cuando anunció la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

La controversia sobre qué hacer con los campos de gas se mantuvo hasta el último día de su mandato, cuando el Congreso aprobó su renuncia en una sesión de emergencia fuera de La Paz y cercada por organizaciones sindicales.

En general, su gestión se caracterizó por dificultades económicas que atravesó el país mientras él fue presidente. Si algo caracterizó al gobierno de Carlos Mesa fueron sus vacilaciones, contradicciones e indecisiones. Fue catalogado como un mal presidente y ahora es un mal candidato; así que piensan que actualmente arrastra una gran frustración política.

En cuanto a su personalidad y actitudes, siempre ha sido aliado y apoyado por la clase media boliviana, esa clase media que se identifica y apoya el pensamiento neoliberal, que políticamente expresa un racismo que aplastó por siglos saberes y formas de reproducción cultural de los pueblos originarios, nunca ha aceptado que un indio pueda ser presidente de Bolivia, ni que pueda gobernar con resultados concretos de reducción de la pobreza y nacionalización de las riquezas naturales, que por siglos solo beneficiaron a una minoría de la población. Si ese segmento de la clase media boliviana pudiera, y si la ciencia lo permitiría, ella borraría el color de su piel morena, para ser todos blancos, altos y hablantes del inglés, como alguna vez ya lo expresó una Miss Bolivia.

La clase media boliviana que apoya a Carlos Mesa, quiere para el 18 octubre tener un presidente que no sea un indio; que no sea un Quispe, sino un noble brillante, un mestizo que con una sonrisa de mendigo entregue de nuevo el país a los patrones estadounidenses, un oportunista que ya anunció que pedirá a Washington el envío de un virrey embajador.

En una entrevista a la Deutsche Welle, Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana, declaró que no reconoce la “candidatura ilegal de Morales” en aquel momento, afirmando en un tono mesiánico que está en él no dejar que Morales se quede en el poder.

Pero lo cierto es que Mesa, obedece las órdenes que vienen de Estados Unidos; carente de principios, es la veleta presta a girar hacia donde los vientos de la conveniencia soplen.

Más allá de una lectura de izquierda o de derecha, existen hechos concretos que demuestran la falta de cualidades éticas, la ausencia de honestidad intelectual, y una clara conducta de mercenario político en las acciones de Carlos Mesa.

Una declaración infeliz suya en diciembre 2017, es reveladora de su obediencia a EEUU, Mesa repite el libreto aplicado contra el gobierno de Venezuela, cuando el Partido Socialista Unido de Venezuela había logrado una victoria contundente en las elecciones municipales. Este resultado mostró la bancarrota de la oposición apoyada por Estados Unidos y fue señal de que Maduro ganaría en las elecciones presidenciales de mayo de 2018. Esta situación hizo que la oposición venezolana decidiera boicotear esos comicios presidenciales, lo que sirvió para que más tarde se declare “ilegítima” una elección donde la oposición sabía que sería derrotada.

Declarando, que “no va a regalarle (a Morales) la elección como los venezolanos se la regalaron al chavismo”. Una declaración superficial que implicaría que todos los venezolanos conformaban la oposición a Maduro. Siguiendo el libreto preparado para el mestizo aspirante a presidente, sin presentar prueba alguna, éste afirma sin empacho que “el fraude se está consumando”.

Mesa sabe que va a perder las elecciones y busca ahora posicionarse para las maniobras que vendrán, siguiendo el ejemplo de Guaidó en Venezuela. Después del 20 de octubre, es muy probable que, tras una posible derrota, Mesa se autodeclare “presidente de Bolivia”.

La falla ética más grave, que lo descalifica como posible mandatario, es el haberse negado a apoyar las demandas de justicia de parte de los familiares de los más de 60 bolivianos asesinados en la ciudad de El Alto, hace 16 años, por órdenes del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Losada, que huyó a Estados Unidos tras su renuncia el 17 de octubre de 2003 y del cual Carlos Mesa era el vicepresidente.

Pese a los insistentes pedidos de parte de abogados bolivianos, de los familiares de las víctimas, de los abogados en Estados Unidos para que preste declaración ante la justicia de ese país para esclarecer responsabilidades sobre esas muertes; pese a que se le ofreció declarar desde Bolivia en apoyo a la causa de los caídos en defensa de los recursos naturales para los bolivianos, Mesa se negó a ello.

Fue el silencio cómplice de Carlos Mesa con los responsables de esos crímenes que se tradujo en la reversión de ese fallo, negando a las víctimas de esos crímenes, y a los bolivianos, el derecho a la justicia.

El lunes 28 de octubre 2019, en un mitin en la Zona Sur de La Paz, que reúne a barrios de clase media, Carlos Mesa, el candidato de Comunidad Ciudadana, declaró teatralmente “o voy preso o voy a la presidencia”, en ese instante quedó clara la visión de mundo de un candidato pequeño burgués que, con aires señoriales, se declara llamado por la historia a ser presidente del país, aunque los votos en las urnas digan lo contrario.

Carlos Mesa, educado por los jesuitas y que conoció a Luis Espinal, ha olvidado o no ha entendido el legado de lucha honesta, comprometida y solidaria que nos dejó ese sacerdote y periodista asesinado por los esbirros del general Luis García Meza en 1980.

Poco antes de su muerte, Espinal escribió un texto: “No queremos mártires”, que, leído hoy, explica la miseria intelectual, la mezquindad colonial y la falta de cualidades de Carlos Mesa como actor político. “El país no necesita mártires, sino constructores… El mártir es un personaje vistoso, demasiado emotivo; es el último refugio para los ‘héroes’ revolucionarios, sobre todo si proceden de la pequeña burguesía”, escribía Espinal con gran lucidez.

¿Cómo traiciona Carlos Mesa a Luis Espinal? Aquel principio cristiano, del ama a tu prójimo como a ti mismo, que el jesuita boliviano supo encarnar hasta el final de su vida, no ha sido comprendido por el católico Carlos Mesa. El candidato golpista y con aspiraciones de mártir se niega a reconocer la humanidad del indígena boliviano. Y lo hace negándose a reconocer ese voto indígena, que vale tanto como el de un mestizo de clase media de la zona sur de La Paz o del barrio Equipetrol en Santa Cruz.

En algún momento declaró que: “se siente orgulloso de la inclusión indígena” en las elecciones. ¿Cómo es posible que, en 2019, en un país mayoritariamente indígena, un sujeto nacional minoritario todavía hable de “incluir” a esta mayoría en un proceso democrático? Con esta expresión, el mestizo colonial les está diciendo a los pueblos originarios de Bolivia que él, en gesto de aparatosa magnanimidad, va a poner un cubierto más en la mesa de la democracia para hacerle un lugar a la servidumbre indígena.

Mesa historiador e intelectual del orden establecido, ha jugado un rol fundamental desde los años 80 cuando el neoliberalismo se aprestaba a tomar el gobierno y a desnacionalizar la economía y a derrotar a sangre y fuego al movimiento minero boliviano.

Hoy se presenta como candidato a la presidencia con un solo discurso “que no vuelva el MAS-IPSP”, que en el fondo significa que no vuelvan los indios ni los movimientos sociales con su democracia popular.

Pero el pueblo boliviano sabe que Mesa representa el fracaso de todos los esquemas de la derecha y, por lo tanto, la propuesta de Mesa no será exitosa en las actuales condiciones de crisis estructural; además que Mesa fallará porque es un ser inferior al reto que plantea en este momento la historia.

Hace años que los representantes del gobierno de Evo Morales no se ahorran las críticas con el mandato de Carlos Mesa, a quien no han dudado en calificar como el último presidente «neoliberal» en la historia de Bolivia.

 

*Imagen: Wikipedia.

Jeanine Añez: candidata a ser enjuiciada

Lic. José A. Amesty R.

El próximo 18 de octubre 2020, son las elecciones presidenciales en Bolivia. Luego de aquel fatídico día de noviembre de 2019, en que Jeanine Añez, la inepta autoproclamada, asumiera como presidenta, sin haber sido electa.

Y es que ella no eligió ser presidenta, la eligió un grupo liderado por la cúpula de la iglesia católica boliviana, partidos políticos minúsculos, la Embajada brasileña, representantes del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos MAS- IPSP, designados para el caso, y la Fundación Jubileo (que confirmó esos hechos), pero fundamentalmente fue apuntalada por la cúpula del Ejército y la Policía y sin duda tuvieron la garantía de EEUU. No se debe olvidar que fue un militar quien le colocó la banda presidencial, hecho inaudito y antidemocrático.

Así asume la Presidencia, en una sesión parlamentaria sin quorum, Jeanine Añez, Senadora de Santa Cruz que apenas obtuvo un 4% de los votos en la última elección.

Su principal motivación para irrumpir en el poder radica en la cuantiosa riqueza del subsuelo boliviano (en reservas gasíferas y de litio) nacionalizada por el gobierno del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos MAS- IPSP, su ubicación estratégica en el continente y su exitosa política económica antineoliberal, a contrapelo de los dictados del Fondo Monetario Internacional FMI.

Y recientemente, la autoproclamada Jeanine Áñez afirmó categóricamente que el “populismo autoritario”, como llaman a los líderes con arraigo popular como Evo Morales, no regresaría a Bolivia.

En estos momentos, su dictadura se resquebraja y es objeto del mayor repudio popular, y es que quienes le dictan a Añez lo que debe decir y hacer, y quienes la manipulan son: Jorge Quiroga, Carlos Mesa y todos los cuadros y operadores políticos de la derecha boliviana y el Departamento de Estado estadounidense. Jeanine Añez es la marioneta mortal de la restauración neoliberal en Bolivia.

De allí que su gestión presidencial, muestra números rojos, tales como el 6% del Producto Interno Bruto PIB, en la caída de su economía. Lo que equivale a la generación de más de un millón de nuevos pobres (1.059.672); y casi medio millón más si lo medimos por pobreza extrema.

Y si consideramos los efectos de la pandemia, que ha sido mal gestionada por el gobierno de facto, ésta ocasionaría una pérdida de ingresos de entre 30-50%, entonces tendríamos más de dos millones de nuevos pobres en Bolivia (2.739.826). De estos, 2 millones vivirían en condiciones de extrema pobreza.

Mientras tanto, Bolivia ya ha superado las 8.000 personas fallecidas por el COVID-19 y las exportaciones han disminuido a 4.217 millones de dólares hasta agosto, cifra menor en 1.680 millones de dólares a la registrada en el mismo período de 2019.

La corrupción que ha llegado a los niveles más altos, en empresas de hidrocarburos, electricidad, telecomunicaciones, ministerios como el de Salud y Obras, el incremento de la pobreza, y la ilegalidad e ilegitimidad en la política.

En diez meses, Jeanine Áñez, juramentó a 36 ministros, algunos juraron dos veces como Branko Marinkovic, porque se cambiaron de cartera, en este tiempo, se descubrieron al menos, 24 casos de corrupción, destacándose, la compra irregular de respiradores, gases lacrimógenos, venta de cargos, cobros ilegales; de los 24 casos, 18 son investigados en el Ministerio Público, ninguno llegó aún a la etapa de juicio oral.

A propósito de Marinkovic, un dato no menos relevante del Gobierno de Añez, es que cuenta con tres ministros con raíces croatas, en áreas clave, entre ellos el ministro del Interior Murillo Prijic, la canciller Karen Longaric y el ministro de Economía y Finanzas Branco Marinkovic. Todos ellos fueron muy activos políticamente, aunque para llegar al Gobierno necesitaron de un error histórico, pues de otra manera no lo habrían logrado.

Branko Marinkovic, fue acusado de ser parte de los violentos acontecimientos en 2009, que además involucraron al ahora exministro Oscar Ortiz. El Gobierno de Evo Morales denunció un plan separatista, del cual tomaron parte células armadas lideradas por croatas y húngaros. El juicio recientemente fue archivado, casualmente, luego de la designación de Marinkovic como ministro.

Además, se ha indicado que los padres de Marinkovic habrían sido militantes de la Ustacha, organización aliada de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, cuyos militantes llegaron a Sudamérica con ayuda de la iglesia católica, que jugó un papel importante en las negociaciones con EEUU para que croatas ligados a Ustacha y nazis alemanes lleguen a Sudamérica con el compromiso de operar para la Agencia Central de Inteligencia (siglas en ingles CIA).

Para no hacer más larga la historia de la dupla Añez-Croatas, es interesante descubrir que el candidato a vicepresidente de Carlos Mesa, Gustavo Pedraza, dijo que de ser gobierno les gustaría tener como ministros a personas como Branko Marinkovic, a quien dijo respetar pues sabe de su compromiso con el país y con Santa Cruz. Esto muestra que, en términos de programa político, nada diferenciaría a un posible Gobierno de Mesa del de Jeanine Añez.

Lo único esperanzador es que en pocos días habrá elecciones y se abrirá la posibilidad de que el pueblo boliviano elija una opción que le dé mejores condiciones de vida, en vez de empobrecerles deliberadamente.

Las siete candidaturas del bloque de Añez, sus características son: una derecha conservadora, con matices que van desde el extremismo religioso evangélico, pasando por un autoritarismo violento y racista, hasta el moderado neoliberal y aristocrático, todos alineados a la geopolítica de EE.UU.

Ahora bien, es importante mencionar que el bloque político opositor al Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos MAS- IPSP, después del golpe nunca tuvo la voluntad política de generar un proceso electoral libre transparente y democrático, para disputarse en este ámbito el poder del Estado. Es más, la estrategia post golpe fue prorrogar al gobierno de la estólida Jeanine Añez, postergar las elecciones y aniquilar al MAS-IPSP por todas las vías posibles; una de estas vías es la de eliminarlo como contendiente en el juego electoral.

Ha intentado, inhabilitar la personería jurídica del MAS-IPSP, alegando fraude electoral en octubre 2019 y por haber participado en un golpe de Estado institucional. Ha declarado vilmente: “Si se prueba el delito electoral tiene que tener su sanción y una de ellas es que el partido de Evo Morales pierda su personería jurídica”.

Ha agregado además, la inhabilitación del MAS-IPSP por: sedición, y por la difusión de una encuesta de intención de voto.

Y sigue latente, como el año pasado, el fantasma del fraude electoral, la intervención de Washington, y la reedición de un golpe de Estado, entre otros.

Recientemente, la autoproclamada Jeanine Áñez afirmó categóricamente que el “populismo autoritario”, como llaman a los líderes con arraigo popular como Evo Morales, no regresaría a Bolivia. Es cierto que su dictadura se resquebraja y es objeto del mayor repudio popular, pero el dicho sugiere planes golpistas de la oligarquía.

Ante esto, es necesario Denunciar Actos contra el Pueblo Boliviano, por parte de la derecha opositora, sobre todo de Añez-Camacho, como:

  1. Jeanine Añez, renuncio recientemente como candidata a las elecciones venideras, (y no es solo para no dispersar el voto de la derecha boliviana), ella declaró entonces: “Hoy dejo de lado mi candidatura en homenaje a la libertad y a la democracia” que en lenguaje llano sería (dejo esta candidatura porque Washington me lo ordenó), sino para para esquivar los cargos en su contra, por las masacres de Sacaba y Senkata. Se conocen como masacres de Senkata y Sacaba a los hechos sucedidos en dichas localidades bolivianas, durante las intervenciones militares ante las protestas sociales emergidas luego de la asunción de Jeanine Áñez a la presidencia de Bolivia en noviembre de 2019, en el marco de la crisis política y social de 2019.

El 15 de noviembre, al menos 11 civiles fueron muertos y otros 120 resultaron heridos en Sacaba. El 19 de noviembre, en cercanías de Senkata, otros 11 civiles fueron muertos y 78 heridos. En ningún caso se produjeron bajas entre los efectivos policiales y militares.

A su vez, por la represión de las fuerzas policiales y militares, durante su gestión, así como por hechos de corrupción en los que se ha visto envuelta. Según el medio Bolivia TV del Pueblo, en noticia verificada, la “senadora demócrata Warren de EE.UU denunció con Documentos y pruebas que una lujosa mansión cotizada en $u$ 28.3 millones apareció en agosto a nombre de Carolina Ribera Añez quien es hija de la presidente interina Jeanine Añez”, cuestionando que esa compra pudo ser con dinero desviado de Bolivia.

Añez, no quiere que la responsabilicen por estos hechos, y teme ser enjuiciada por el gobierno que asuma tras las elecciones.

Tampoco quiere ser responsabilizada por la crisis humanitaria-sanitaria de Bolivia, ocasionada por la pandemia, generada por su mala gestión de gobierno, ocasionando la muerte, al menos, a 500 bolivianos, tirados en las calles, y el colapso del sistema de salud boliviano.

Ella puede estar preparando una salida abrupta y rápida del país, para no verse sometida a un juicio por violación de DDHH.

Los países latinoamericanos no deben recibirla como invitada, por su malísimo papel en el gobierno de transición y los macabros e ineficientes cambios estructurales, que afectaron a todos los bolivianos y bolivianas.

  1. Manipulo y utilizó la religiosidad boliviana, al invocar el nombre de Dios, y maniobrar dentro del fundamentalismo de las Iglesias, católicas y evangélicas, para incentivar y profundizar el racismo en la Nación boliviana.

Cometió nepotismo: trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos; para su propio beneficio y obtener favores.

Perpetró persecución contra grupos sociales, contra la prensa extranjera, partidos políticos, medios de comunicación, entre otros, contrarios a su gestión.

Aprobó la privatización de múltiples empresas públicas del Estado boliviano.

Recientemente, se ha develado una lista con nombres de los militares bolivianos en servicio activo y pasivo adictos al Gobierno golpista de Jeanine Añez, que estarían detrás de la organización de situaciones de extrema violencia para impedir que se realicen las próximas elecciones en Bolivia. Estos escenarios de violencia se registrarán antes, durante y después de las elecciones. El objetivo central será evitar a como dé lugar el regreso de las fuerzas populares al gobierno.

La última perla de Añez, es que los militares que capturaron al Che Guevara fueron homenajeados en Bolivia, la ceremonia fue liderada por la golpista, Jeanine Áñez, que como “jefa de Estado” es capitán general de las Fuerzas Armadas del país altiplánico.

Los Beneméritos de Ñancahuazú, como se los conoce en Bolivia, fueron homenajeados este viernes como héroes del grupo militar que hace 53 años capturó en este país al revolucionario Ernesto “Che” Guevara. Un grupo de 47 militares recibió en la ciudad boliviana de Santa Cruz este homenaje por haber atrapado en 1967 al “Che”, que fue fusilado el 9 de octubre de aquel año.

Jeanine Áñez recordó en su discurso a quienes “cayeron víctimas del terror guerrillero que trajo a Bolivia el ‘Che’ Guevara”, quien había llegado al país en 1966 y organizó una guerrilla en la región de Santa Cruz. La mandataria transitoria calificó de “asesinatos cobardes” las muertes en la zona cruceña de Ñancahuazú por la guerrilla del revolucionario argentino-cubano, a quien definió como un “invasor” con “miseria moral”.

La captura y muerte del Che fue para Jeanine Áñez una lección de Bolivia al mundo en contra de “la dictadura comunista”, pues “ninguna dictadura pasará ni echará raíces en esta nación”, ni tampoco “fascista ni populista”.

Estas son solo algunas acusaciones contra Jeanine Añez, las cuales deben ser denunciadas para someterla a juicio y ser privada de libertad.

Y al pueblo boliviano le quedan pocos días para decidir su futuro político, ahí en las urnas, donde suele dilucidarse las confrontaciones políticas en las democracias representativas. Un pueblo boliviano que mayoritariamente se da cuenta de las fuerzas que amenazan a su estado plurinacional.

Por ello, en este tipo de democracia la receta, para la futura recuperación de Bolivia, es bastante simple: levántese temprano, acuda a los centros de votación y emita su voto. por el único candidato, que en el abanico de postulantes ha presentado un programa coherente, que tiene experiencia comprobada en buen manejo estatal y exhibe cifras económicas positivas bajo su gestión como Ministro de Economía, que garantizan posibilidades que Bolivia vuelva a transitar por el camino de un desarrollo sustentable.

Y a la oposición boliviana, los que les queda es seguir impulsando una situación de violencia, y preparando condiciones para frenar el ascenso nacional-popular orientado a recuperar y profundizar el proceso de liberación nacional.

 

Imagen: http://latlibre.org/

Democracia en América Latina vista desde EUA y Bolivia

Marlin Óscar Ávila H.
8 de octubre de 2020

Los acontecimientos políticos de los últimos años hacen ver que la democracia en la que el pueblo ejerce su soberanía es cada vez más una quimera, lejos de convertirse en realidad, incluso en el país del mismo George Washington.

Los últimos cuatro años en que Donald Trump ha presidido el gobierno más poderoso de la tierra, han servido para destruir muchos de los valores construidos por la humanidad y parte importante de la superestructura de lo construido en setenta y cinco años desde la segunda guerra mundial e, incluso antes, en cuanto al logro de ir construyendo el marco jurídico de los derechos humanos universales. Con Trump no solamente se continuó con las políticas económicas del libre mercado, extractivista y destructor del ecosistema, que profundiza las brechas entre ricos y pobres, pero con las políticas de conflictos políticos entre naciones, buscando sacar algún provecho económico y de acumulación de fuerzas geopolíticas. Hemos vivido en estos últimos años las peores negociaciones irregulares, de traición y de mentira tras mentira, en negociaciones bilaterales, en sanciones unilaterales y en el predominio del imperio de la xenofobia, de la misoginia, la gerontofobia, la aporofobia y del racismo y del armamentismo civil y nuclear. Ha sido el regreso a la cultura del oeste, de los vaqueros y del irrespeto por el derecho ajeno.

Aun cuando Obama se siguieron viviendo golpes de estado, como ha sido la historia con el imperio estadounidense, pero con Trump, esto no solamente se ha continuado, sino que se ha profundizado, en el marco de la doctrina Monroe, sintetizada en “América para los Americanos” en 1823. Con el gobierno de Donald Trump, la clase política continental dominante, egocentrista y en muchos casos, sin cultura e ignorante de lo más elemental de nuestra historia, resaltando la política de la guerra fría, se fortaleció y se empoderó de ese estilo caprichoso, errático, falso, arrogante y criminal, que caracteriza la actual Casa Blanca. Construir alianzas intergubernamentales para asaltar terceros países es parte de lo que la Casa Blanca tiene en su menú de opciones. Sin importar que esas alianzas al estilo de mafias neoyorquinas de inicios del siglo XX, involucre establecer alianzas con bandas de paramilitares, sicariatos y narcotraficantes. No importa tener que colocar a una senadora sin escrúpulos morales y menos fineza diplomática alguna al mando de una nación digna de mucho mejores suertes, tal como sucedió en Bolivia.

 Ha sido así que las redes del narco, mercado de humanos, lavado de activos, tráfico de armas y demás componentes del crimen organizado se fortalecieron, cubriendo mayores espacios geopolíticos, desde el extremo sur hasta el extremo norte de nuestro continente. Así es que hay una sinergia entre paramilitares, sicarios, tropas militares y falsos líderes sociales, en línea con el proyecto de la extrema derecha continental. A las invasiones contra los poderes democráticos y populares mafiosas menos dañinas, se les ha llamado golpes suaves, porque se han introducido con la complicidad o del poder judicial o el legislativo. Cuando estos sectores han logrado asaltar el poder a punta de mentiras, fraudes, palos, fuego y balas contra quienes gozaban de estados democráticos, el poder estadounidense, a través de su embajador continental, el uruguayo Luis Almagro, ha sido la primera instancia en bendecir el nuevo establecimiento ejecutivo, con el calificativo de “democrático”. En pocos años se perdieron así, al menos cinco gobiernos que avanzaban en superar la pobreza y obtener una vida más digna. Esto lo hemos vivido en Brasil, Ecuador, Argentina, Bolivia y Honduras, resistiendo todo tipo de asechos, Venezuela. En estos años hemos estado viendo cómo la ley solamente se aplica si favorece al delincuente seleccionado por la Casa Blanca como cuadro político en pro de su democracia. De lo contrario, la ley y más la justicia, queda relegada a segundo o tercer plano, si ésta favorece a quien ha sido declarado enemigo de la seguridad gringa y supremacista.

Por último, está el rol esencial que juegan los medios de información, particularmente los corporativos quienes juegan un papel esencial para preparar el medio ambiente subjetivo y objetivo del juego de la ultraderecha internacional. Su rol se sintetiza en una avanzada de desprestigio a quienes consideran sus enemigos, callar los actos criminales de las bandas de asaltantes a los poderes democráticos y demonizar el papel de las fuerzas organizadas del pueblo que buscan establecer sus gobiernos realmente democráticos. En un momento dado, sembrar el miedo y terror en la población, para evitar que sus contrincantes establezcan sus plataformas de lucha, justificando o encubriendo las acciones delictivas de los grupos paramilitares. Mientras los gobiernos aliados a Washington declaran terroristas e ilegítimos a los grupos pacíficos del pueblo trabajador.

Elecciones en Bolivia

Lo anterior sirve de preámbulo para comprender lo que actualmente ocurre, y seguirá ocurriendo, en Bolivia, previo y después a las elecciones políticas de este domingo, 18 de octubre, para elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados.

Desde antes al golpe de Estado en noviembre del 2019, donde el ejército, la oligarquía local y la Casa Blanca, señalaron a Jeanine Áñez como presidenta interina, los organismos de inteligencia estadounidenses prepararon el golpe que terminó ejecutando la organización multilateral de Estados Americanos (OEA), con militancia develada de su Secretario General, Luis Almagro. Actualmente, se gesta un fraude a las elecciones generales cuya programación, finalmente, no lograron evitar la derecha boliviana y las agencias de inteligencia estadounidenses, por más prorroga que dieron en su gobierno de facto.

Pese a la constante represión, persecución, asesinatos de lesa humanidad y des validación de líderes populares, hasta acudiendo a los medios judiciales, la población boliviana ha venido mostrando, con claridad meridiana, su rechazo a la injerencia extranjera de la OEA y de su “dueño”, el inquilino de la Casa Blanca. Las diferentes encuestas, además de las apoteósicas concentraciones públicas, han demostrado la preferencia creciente hacia el candidato del MAS-IPSP, Luis Arce, quien aventaja al oficialismo. No obstante, la posible renuncia del segundo lugar en los candidatos de la derecha puede cerrar la carrera electoral en un empate técnico con la izquierda. La Casa Blanca, apoya con todos sus recursos, mediante lo lícito e ilícito a la candidatura de la derecha, apostando no solamente por ganar el poder ejecutivo, pero el legislativo.

Es el expresidente Carlos Mesa Gisbert, candidato de los halcones de Trump (incluyendo a Luis Almagro como halcón latino), quien le sigue al MAS en las encuestas, y que podría mejorar su cómputo, sí se diera la renuncia del otro candidato de la ultraderecha, Luís Fernando Camacho, para satisfacer los anhelos de Washington, como acaba de suceder con la presidenta impuesta Añez. Desde luego, en un posible empate o sobresalto, todos los medios oficialistas y corporativos internacionales, colocarán en primera plana esa noticia.

Según uno de los medios digitales internacionales más beligerantes de la derecha como lo es Infobae, dice que “El principal escollo para que el MAS vuelva al Palacio Quemado no es otro que la colación Comunidad Ciudadana liderada por el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), con el 24,7 por ciento de los apoyos, según la encuesta de Ciesmori, que han publicado medios de comunicación bolivianos. Luis Fernando Camacho, el distinguido candidato por sus manifestaciones violentas y criminales contra los pueblos nativos, con el 12,7 por ciento en intención de apoyo, que le daría, según estas cifras, la llave de la gobernabilidad del país.”[1] Es así como se está pensando del lado opuesto al pueblo boliviano, sin considerar lo que esto significa para el país, pero para las ambiciones de control de sus riquezas económicas y minerales.

Los debates públicos no han causado mucho entusiasmo en la población, quien pareciera saber muy bien quién es quién en los diferentes partidos y candidatos. Como reza el proverbio religioso “por sus hechos los conoceréis” El manejo oficial de los mismos debates, por medio del Tribunal Supremo Electoral presidido por el Sr.  Salvador Romero, estrecho colaborador del candidato Carlos Mesa Gisbert, no tocaron temas álgidos en estos momentos, como ser el juicio y castigo a los responsables de las masacres de Ovejuyo, Sacaba y Senkata, como tampoco referencias a la tremenda persecución política y judicial de decenas de opositores políticos al régimen golpista. Así mismo, en estos momentos de manifestaciones públicas electorales, se han venido generando acciones vandálicas contra las reuniones del MAS. “Ya un diario londinense publicó una semana atrás la denuncia de que grupos de ultraderecha y el mismo Gobierno prepararían actos violentos para adjudicárselos al MAS y que tendrían el objetivo de postergar nuevamente las elecciones, o incluso desconocer los resultados ante una eventual victoria de la dupla presidencial del MAS”.[2]

Lo más irónico que hemos notado es que el secretario de la OEA, Luis Almagro, prepara una especie de “falso positivo”, de esos aprendidos al famoso criminal, narco y paramilitar colombiano, Álvaro Uribe. Almagro, después de reunirse recientemente con el Ministro de Gobierno boliviano, Arturo Murillo dijo que hablaron sobre ‘un posible fraude’ en las elecciones bolivianas, pese a que el Gobierno de Añez será quien tenga bajo su mando el desarrollo de estas.[3]

No cabe dudas que la violencia en las calles, provocadas por las bandas paramilitares comandadas por el oficialismo, seguirán en ascenso. La intención que ésta contienen es crear miedo y si fuese posible terror, a la población dispuesta a recuperar su país del poder de la mafia que le gobierna de-facto desde hace ya 11 meses. También se cree que, al haber un triunfo electoral por parte del MAS, la mafia gobernante se resista a entregar el poder, al igual que su padrino mayor en Washington, asevera que lo va a hacer si él perdiera las elecciones del 3 de noviembre, para lo cual ya tiene preparada la guardia nacional, a la cual va a movilizar bajo la excusa de una sublevación ciudadana. Así que los acontecimientos actuales y en los siguientes días en Bolivia, serán una antesala a lo que se anuncia sucedería en la gran nación de la “democracia” representativa. Excepto que Bolivia ha sufrido un golpe de estado después de un proceso de creciente democracia económica, social y política, tratando de manera pacífica recuperar su estado destruido por la ultra derecha en noviembre pasado, mientras que los Estados Unidos de Norte América viene en caída libre por un gobierno neofascista dispuesto a seguir su proyecto de destrucción universal.

El caso de Bolivia puede ir más allá que la simple acción de irrespeto a las leyes y transparencia electoral, con un nuevo fraude o, en el mejor de los casos, con unas revueltas ciudadanas interminables como ocurrieran en Honduras, después del golpe de estado del 2009 y de los sucesivos fraudes electorales del 2013 y 2017, patrocinados por carteles internacionales de la droga, dejando ya miles de asesinados, presos y desterrados, puede además, provocar una convulsión en toda la región suramericana. Así que al igual que Trump está rompiendo con toda una historia democrática en los Estados Unidos de Norte América, Luis Almagro y los halcones de Trump, estarían alterando el cumplimiento de la esencial misión el organismo multilateral, la Organización de Estados Americanos.

[1] https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/10/01/los-ultimos-sondeos-en-bolivia-dejan-la-puerta-abierta-a-una-segunda-vuelta-electoral/ y Tarija; y Creemos con cinco, en Santa Cruz.

[2] http://www.laizquierdadiario.com/A-dias-de-las-elecciones-en-Bolivia-debates-proempresariales-y-aprestos-golpistas

[3] https://www.hondusatv.com/bolivia-gobierno-de-facto-de-anez-denuncia-que-habra-fraude-en-proximas-elecciones-y-pide-apoyo-a-la-oea/

Economistas y estadísticos firman carta sobre las elecciones bolivianas

Nosotros, los abajo firmantes, pedimos que se respeten las instituciones y los procesos democráticos de Bolivia

El Gobierno de Donald Trump ha apoyado abierta y firmemente el golpe militar del 10 de noviembre que derrocó al Gobierno del presidente Evo Morales. Nadie disputa que Morales fue elegido democráticamente en 2014, y que su mandato no termina hasta el 22 de enero; sin embargo, muchos fuera del Gobierno de Trump parecen aceptar el golpe militar apoyado por Trump.

Muchas personas que apoyaron el golpe han afirmado que Morales robó las elecciones. Este relato de fraude recibió un gran impulso a través de una declaración emitida por la Organización de Estados Americanos el día después de las elecciones del 20 de octubre; relato que posteriormente la OEA repetiría en formas similares. La declaración de la Misión de Observación Electoral de la OEA para Bolivia expresó su «profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas”. No se incluyó evidencia alguna que respaldara esta declaración. Sin embargo, se interpretó ampliamente como una acusación de fraude, y después de las elecciones tales acusaciones se tornaron habituales en los principales medios de comunicación.

De hecho, es fácil mostrar con datos electorales, los que están disponibles públicamente, que el cambio en la ventaja de Morales no fue ni «drástico» ni «difícil de explicar». Hubo una pausa en el «conteo rápido» de los resultados de la votación —cuando se llegó al conteo de 84% de los votos— y la ventaja de Morales era de 7.9 puntos porcentuales. Con un 95% del recuento total de votos, su margen había aumentado a poco más del 10%, lo que permitió a Morales ganar en primera ronda, sin tener que ir a una segunda vuelta. Al final, el conteo oficial mostró una ventaja del 10.6%[1]

No es inusual que los resultados de unas elecciones tengan un sesgo por ubicación geográfica, lo que significa que los resultados pueden variar dependiendo de cuándo se cuenten los votos de las diferentes áreas. Nadie sostuvo que hubo fraude en las elecciones para gobernador del 16 de noviembre en el estado de Luisiana. En ellas, el candidato demócrata, John Bel Edwards, ganó por 2.6 puntos porcentuales. Después de haber aparecido como perdedor casi toda la noche, al final del conteo llegaron los votos del condado de Orleans donde el 90% votó por él, dándole así la victoria total.

Y el cambio en el liderazgo de Morales no fue «drástico» en absoluto; fue parte de un aumento constante y continuo en la ventaja de Morales iniciado horas previas a la interrupción.

Este gráfico muestra que la ventaja del presidente Evo Morales (puntos azules claros) y de su partido en las elecciones parlamentarias (puntos azules oscuros) aumentó a un ritmo constante durante la mayor parte del recuento de votos. No hubo un aumento repentino al final que lo haya puesto por encima del umbral del 10%.

La explicación del aumento del margen de Morales fue, por lo tanto, bastante simple: las áreas que informaron sus votos posteriormente fueron más pro-Morales que las áreas que informaron sus votos más temprano.

De hecho, el resultado final fue bastante predecible sobre la base del primer 84% de los votos reportados. Esto se ha demostrado mediante el análisis estadístico y también mediante un análisis más simple de las diferencias entre las preferencias políticas de las áreas que informaron sus votos antes y las que informaron después.

Hacemos un llamado a la OEA para que retire sus declaraciones engañosas sobre las elecciones, las que han contribuido al conflicto político y han servido como una de las «justificaciones» más utilizadas para consumar el golpe militar. Pedimos al Congreso de Estados Unidos que investigue este comportamiento de la OEA y se oponga al golpe militar, a su continuo apoyo por parte del Gobierno de Trump, así como a la continua violencia y a las violaciones a los derechos humanos del Gobierno de facto.

Asimismo, los medios de comunicación y los periodistas tienen la responsabilidad de buscar expertos independientes que estén familiarizados con los datos electorales y puedan ofrecer un análisis independiente de lo que sucedió, en lugar de simplemente tomar la palabra de los funcionarios de la OEA, quienes han demostrado repetidamente estar equivocados respecto a estos comicios.

Muchas vidas pueden depender de que esta historia sea aclarada.

Para firmar esta carta, por favor haz clic aquí. 

 

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RIPESS Latinoamérica y el Caribe condenamos el golpe de Estado en Bolivia

CONDENAMOS EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA Y EXPRESAMOS NUESTRA SOLIDARIDAD CON LAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS LATINOAMERICANOS

La Red Intercontinental para la Promoción de la Economía Social Solidaria de América Latina y el Caribe – RIPESS LAC-, apegada a sus principios y ética de defensa y promoción de la libertad, la democracia, la equidad, la justicia, la cooperación y la solidaridad, con la economía solidaria como base material para caminar hacia una economía del amor y por la vida; expresamos nuestro más enérgico rechazo y repudio al vil golpe de Estado perpetrado contra el gobierno legítimo del Presidente Evo Morales, así como, nos oponemos el cerco de violencia y persecución gestado desde las élites del poder económico, que se resisten a perder sus privilegios y continuar con sus más 500 años de opresión colonial y neocolonial sobre los pueblos originarios y trabajadores/as de Bolivia, Latinoamérica y el Caribe.

Consideramos que este golpe de Estado es parte de la escalada de acciones de las élites capitalistas nacionales latinoamericana y caribeña e internacionales que, mediante las políticas neoliberales, buscan eliminar la soberanía de los pueblos y apoderarse así, de los bienes y servicios comunes y públicos que deben estar al servicio del bienestar de todos los humanos en cooperación con la naturaleza.

Como parte de esta escalada se busca destruir el Estado Plurinacional de Bolivia y con ello, continuar con la segregación neocolonial de los pueblos originarios y apoderarse del gas natural, las aguas, el petróleo, el litio, las industrias, los territorios y bosques naturales, recuperados soberanamente por los gobiernos del presidente Evo Morales para ponerlos al servicio del bienestar de los pueblos bolivianos.

Rechazamos las acciones de violencia, persecución racial y asesinato moral y político que se ha desatado en contra del presidente Evo Morales, los dirigentes populares, funcionarios del gobierno, los indígenas, las personas trabajadoras y de manera selectiva contra las mujeres indígenas; y reivindicamos el carácter pluricultural, multiétnico y multilingüístico de los pueblos de Bolivia y América Latina y el Caribe.

Demandamos respeto al derecho a la autodeterminación de los pueblos, nacionalidades y territorios indígenas de Bolivia, Latinoamérica y el Caribe, frente a las amenazas de injerencia política y militar en este país y la región por parte del capital imperialista y patriarcal dominante; así mismo demandamos el cese inmediato del bloqueo económico, la sedición política y la campaña mediática contra los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y rechazamos la criminalización de las luchas populares en el resto de Latinoamérica y el Caribe.

Apoyamos solidariamente las luchas a estos pueblos por la paz, la justicia, la equidad, el respecto de la diversidad cultural, plurinacional y étnica y por la soberanía política, económica, social, alimentaria y ecológica. Especial abrazo de solidaridad extendemos los pueblos bolivianos y sus luchas, que hoy se levantan en defensa de sus logros económicos y sociales obtenidos en los últimos 14 años. Así mismo, nos solidarizamos con las luchas de los pueblos de Haití, Chile, Venezuela, Cuba, Colombia, Honduras, Ecuador, Argentina, Brasil y demás países, que hoy se movilizan contra el neoliberalismo, por el bien común y la paz.

Llamamos a la unidad en la diversidad de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe para resistir y liberarnos del yugo capitalista patriarcal, que nos oprime y avanzar así, hacia la humanización de nuestras sociedades.

¡Otro mundo y otra América Latina y Caribe, es posible!

Consejo de Dirección Regional, 18 de noviembre de 2019

 

Imagen ilustrativa.

Enviado por Carlos Hernández Porras.

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