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Plan Regulador Costero del Caribe Sur sin agua

Municipalidad asegura el precioso líquido por 20 años, AyA confirma que no hay más abastecimiento

  • Municipalidad de Talamanca alega que existe capacidad instalada suficiente para satisfacer las necesidades hídricas de la comunidad a pesar de que el AyA aduce déficit hídrico y no da disponibilidad del agua en ninguno de los acueductos de la zona.

  • Bajo abastecimiento de agua preocupa a mujeres líderes que reclaman abandono y desinterés institucional.

  • Ecologistas advierten sobre desigualdades en el abastecimiento de agua y temen explotación del recurso en territorios indígenas para cubrir las necesidades hídricas del plan de desarrollo turístico costero impulsado por la Municipalidad y el ICT.

Limón, 21 de agosto del 2023. Asociación de Desarrollo Integral del Territorio Indígena de Kéköldi (ADITIK), Bloqueverde y COVIRENAS Caribe Sur. El artículo 50 de la Constitución Política de la República tutela como “derecho humano, básico e irrenunciable de acceso al agua potable, como bien esencial para la vida”. A pesar de lo anterior, la propuesta del Plan Regulador Costero del distrito de Cahuita se empeña en impulsar un desarrollo turístico voraz que atenta contra el uso, la protección, la sostenibilidad, la conservación y la adecuada gestión del recurso hídrico, sin importarle que ya el AyA ha confirmado que actualmente las fuentes de abastecimiento de los acueductos no tienen caudal suficiente para satisfacer la demanda.

Actualmente, el AyA asegura que “cuenta con dos sistemas de abastecimiento en el Cantón de Talamanca, el sistema HC- A-01 Hone Creek – Puerto Viejo y el sistema HC-A-02 Cahuita. Entre ambos sistemas se tiene un total de 3,892 servicios de agua potable activos, que benefician a una población aproximada de 12,454 habitantes, ubicados en los distritos de Cahuita, Bratsi y Sixaola”. Sin embargo, y según el informe brindado por el AyA ante la consulta del medio Delfino.cr, el sistema abastecimiento de Hone-Creek presenta un déficit hídrico de -21.5% y el de Cahuita un déficit de -44.4%. Producto de esto, el AyA afirma que actualmente “no se emiten disponibilidades de agua, ni cartas de capacidad hídrica para nuevos desarrollos, ni se autorizan extensiones de ramal” (ver documento de AYA).

Esta situación no pasa desapercibida por los habitantes de la zona, quienes constantemente sufren por no contar con un acceso digno a este derecho constitucional. La vecina Mónica Zúñiga Rivera, quien es ecologista y activista, afirma que:

El problema del agua ha ido en aumento. En el 2018 y durante la pandemia siempre había agua, luego de la pandemia, empezó a faltar. El problema se agrava aún más con las actividades festivas, feriados y los meses de verano, y no hay lugar donde llamar para poner la queja. Como vecinos nos sentimos impotentes ante un AyA que no resuelve, que miente y que solo se preocupa por los grandes hoteles. Porque esos, siempre tienen agua en sus piscinas y en sus jacuzzis.

En una pequeña encuesta levantada entre la comunidad, algunos habitantes locales comentan que han solicitado el recurso en varias oportunidades negándoselas en todas ellas. Los nuevos habitantes comentan que les resulta más complicado el camino oficial con los permisos de construcción ya que para aprobar planos se requiere de una carta del AYA. No se entiende como la municipalidad continúa otorgando permisos de construcción sin el requerimiento básico del agua.

Sobre la calidad del agua, el AyA asegura: “que todas estas comunidades se abastecen de agua de calidad potable, de acuerdo con los resultados de control de calidad del agua realizado por el Laboratorio Nacional de Aguas de AyA”. Sin embargo, la vecina de Puerto Viejo Maritza Medrano Gómez desmiente lo señalado por el AyA en su informe, indicando que

“No solamente que el agua viene amarilla, también viene con olor a cloro, son dos componentes ahí… el agua tras de que no hay, cuando hay viene con un color extremadamente amarillo que es imposible tomarlo. Cuando se abre el grifo en la mañana el olor y sabor a cloro son insoportables, razón por la cual nos vemos obligados a comprar bidones, lo cual no es rentable y no todos pueden comprar. El recibo que pagamos al AyA se supone que es por agua potable y si es potable por qué no tienen una medición de cloro más controlada”.

Sobre lo que denuncia doña Maritza, el informe técnico elaborado por la Intendencia de Agua de la ARESEP (ARESEP- IN-0036-IA-2023) confirma que el Caribe Sur y Talamanca

(…) sufren de racionamientos, no hay disponibilidad para nuevos servicios, [y] algunos presentan inconformidades en la calidad del agua. Además; hay períodos en los que no disfrutan de un servicio continuo, en algunos casos debido al estrés hídrico que se presenta en la zona y las características particulares de los acuíferos de esa región. (pg.31)

La situación de escasez y baja calidad del agua, no sólo se encuentra en las costas. Signia Villanueva, presidente de la ADI del Territorio Indígena Keköldi denuncia que en el caso de la población que vive en el territorio, la mayoría no tienen acceso al agua potable por ser viviendas retiradas de la calle principal y que por esta razón el AyA no les brinda estos servicios de abastecimiento. Las viviendas cercanas a la calle principal que sí cuentan con este servicio presentan la misma problemática que las comunidades costeras: color amarillento del agua, olor y sabor a cloro insoportable, y el faltante del mismo diariamente. Lo anterior a pesar de que la comunidad del territorio ha solicitado la instalación de ramales del agua para las comunidades que no tienen acceso a la misma.

La mayoría de las personas que viven cerca de la calle pública si tienen agua potable, el problema que tenemos en el territorio es que hay muchas personas que necesitan los ramales y esa es una de las problemáticas que tenemos con el AyA porque ellos dicen que es un proceso largo y costoso y esta situación la hemos presentado hace más de 4 años y no tienen soluciones a esto. Hoy en día, hay personas en la comunidad que necesitan agua potable, pero por la situación de los ramales no tienen.

A pesar de la indiferencia que ha demostrado el AyA con el abastecimiento de agua para los territorios indígenas, se les está presionando para que permitan ampliar la capacidad de extracción y almacenamiento del tanque que se encuentra ubicado en territorio Keköldi. Con la excusa de llevar agua para la construcción de un nuevo centro de salud (CAIS) en Cahuita, la Institución pretende realizar una instalación más grande y anexar tuberías adicionales con el fin de aumentar la cantidad de recurso que se extrae del territorio para ser aprovechada no sólo por las comunidades, sino que también por los hoteles y el desarrollo turístico de la zona costera. Dulcelina Sánchez, miembro de la ADI Keköldi y habitante del territorio comenta que

Estamos molestos en este caso porque nos ponen entre la espada y la pared de que si no damos ese permiso el CAIS no se va a construir, que nos están obligando a dar el permiso, pero no nos quieren ayudar con el suministro de agua al Territorio con los ramales (…)

Los pueblos realmente están un poco incómodos porque este hospital es importante pero cómo hacemos con las personas que realmente necesitan las aguas y no pueden solicitar que se les conecte de los tanques que están dentro del territorio. Peor aún, sospechamos que el AyA no está solicitando ese permiso sólo para el Hospital y creemos que más que todo va a beneficiar a todas esas áreas de Puerto Viejo dedicadas a atender a personas turísticas y para todos los hoteles. Entonces ese es el caso, que estamos inconformes porque ellos tienen las instalaciones en el territorio pero para las personas de afuera y los que estamos aquí también necesitamos agua y nos ponen trabas desde un inicio.

Mientras es evidente que la realidad y los datos dicen que el agua es escasa, poco disponible y se está agotando la propuesta de Plan Regulador asegura “no se requieren inversiones en el rubro de abastecimiento de agua potable, ya que la capacidad instalada actual y prevista a 20 años, garantiza la satisfacción de la demanda de este servicio, tanto para la ZMT como para las comunidades vecinas” (pg. 15). No obstante, el Caribe Sur es la región con mayor estrés hídrico del país con un 85% de los sistemas de acueductos y además presenta la proyección más baja del país para satisfacción de la demanda a 5 años, según el ARESEP (ARESEP- IN-0036-IA-2023).

La escasez y la baja calidad del agua potable son un elemento más dentro de la larga lista de irregularidades que los vecinos y habitantes del cantón de Talamanca han identificado en la propuesta de Plan Regulador que impulsan la Municipalidad, el INVU y el ICT. Hacemos un llamado a todos los costarricenses y ciudadanos de este país a estar vigilante de las desigualdades en el abastecimiento de agua y las intenciones de impulsar una agenda egoísta, agresiva y extractiva de explotación del recurso hídrico en territorios indígenas para cubrir las necesidades del plan de desarrollo turístico costero impulsado por el Gobierno local y el Poder Ejecutivo.

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